Llevaba tiempo pensando cómo podría hacerme un cabecero para la cama. Podría comprarlo, sin más, pero resulta muy aburrido una vez pruebas el hacerlo tú mismo.
Paralelamente también llevaba tiempo intentando buscarle utilidad al biombo sesentero que compré hace años en un mercadillo de Berlín, y que tenía guardado. Me encanta, pero nunca he tenido una casa tan grande ni tan diáfana como para poner un biombo y poder circular libremente.
Necesito un cabecero...que hago con el biombo… necesito un cabecero… que hago con el biombo... ¿y si...? Lo probé y resultó ser sí.
Quedaba muy bien, pero el biombo necesitaba un lavado de cara. Aparte de lavar las telas, vi que los hierros estaban un poco deteriorados, así que decidí pintarlos.
Primero los lijé porque tenían restos de pegamento de cinta aislante y la pintura no iba a coger. Los limpié con alcohol y procedí a pintar con spray. Os dejo algunas fotos del proceso.
Luego quedaba planchar las telas, montarlo de nuevo y colocarlo en su sitio. ¿Qué os parece?
Así que si alguna vez paseando por un mercadillo veis un biombo molón, no lo dejéis escapar. ¡Aunque no viváis en un loft de 200m2! #diy #upcycling
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